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2000

 

En la Bendición de los Frutos, el gobernador radical Roberto Iglesias dio por primera vez sus tres golpes de reja. Había asumido en diciembre de 1999. Debido a la lluvia la vía blanca solo convocó unas 60000 personas. Se criticó la poca originalidad de los carros. La pasión del público solo se avivo por la cantidad de productos que regalaron diversas empresas locales. 

El presidente radical Fernando de la Rúa, quien había sido elegido en 1999, asistió al acto Central. El espectáculo se llamó "En el vino del tiempo" fue dirigido por Pedro Marabini y tuvo libreto de Eva Mónica Colman. El argumento propuso la visita de un hombre que revisó el pasado de Mendoza en un diálogo con un gaucho recitador. Además de los efectos lumínicos y especiales, la música fue lo más destacado por su variedad. 

Sorprendió la calidad de los arreglos y el nivel de la música compuesta por Mario Matar  y Daniel Morcos y se rescató un detalle habitual de las fiesta de antaño: la presencia de músicos en escena. Además fiel a su estilo Marabini llenó de Bailarines cada nivel del escenario. 

La banda de sonido del espectáculo fue editada en un CD  doble que salió a la venta.

Carina Guerrero de General Alvear. fue elegida Reina de la Vendimia.

2001

 

El gobernador Roberto Iglesias y su vice Horacio González Gaviola, recibieron más que melones en la Vía Blanca. La fiesta se vió antecedida por la renuncia del primer ministro de Economía del Presidente Fernando de la Rúa: Eduardo Machinea. Era el principio de la crisis institucional que estallaría a fines de ese año, cuando renunció todo el gabinete, encabezado por De La Rúa. El Carrusel se vivió como una realidad paralela a la que se vivía en la Casa Rosada. Ese sábado, mientras se aguardaba quien reemplazaría a Machinea, Ricardo López Murphy, el mandatario nacional pedí la renuncia de todo su gabinete. El Acto Central llamado "Brindis del nuevo siglo", no se vió opacada por el "Efecto Machinea", estuvo dirigido por Vilma Rúpolo y libreto de Silvia Balmaceda y Ana Fajardo. 

En un momento del show, la reina saliente: Carina Guerrero, bailó con un solista. El libreto reflejó el trabajo y la voluntad del mendocino para sobreponerse a las adversidades, desde las naturales hasta las culturales, enmarcado con repertorio musical que rescató ritmos y piezas tradicionales. La dirección coreográfica estuvo a cargo de Mónica Subirats, la dirección musical de Daniel Martín y Aníbal Cuadros. Para la puesta en escena fueron contratados 692 artistas. 

Dos mil bombas de fuegos artificiales saludaron a nueva Reina Nacional electa por ese año y la primera del siglo XXI, la representante de Maipú: Jésica Tolín.

2002

 

En enero de 2002, la ley 6973 declaró "Patrimonio Cultural de la Provincia" a la Fiesta en todas sus manifestaciones: las celebraciones tradicionales, barriales, distritales y departamentales; la Bendición de los Frutos; la Vía Blanca; el Carrusel y el Acto Central. 

En la Bendición de los Frutos, actuó la Orquesta Filarmónica de Mendoza. También se lució en el Acto Central, bajo la dirección de Nicolás Rauss y acompañada por los coros de la Universidad de Mendoza y el Juvenil Martín Zapata. 

La noche de la Vía Blanca los carros departamentales recorrieron las calles de la ciudad, que desde el año anterior y hasta pocos días antes eran escenario de los "cacerolazos" y manifestaciones de protesta. 

Tras la caída de Fernando de la Rúa en diciembre de 2001, el país ingresó en una grave crisis institucional y económica. Igualmente con el apoyo de varias empresas el gobierno de Iglesias decidió hacer la Fiesta: se invirtieron poco más de $360000 y el Acto Central se mudó al Estadio Mundialista Malvinas Argentinas, en el Parque General San Martín. Allí se presentó "Vendimia 2002: la de todos", dirigido por Héctor Moreno. El libreto fue donado por la poetisa mendocina Vilma Vega ya que el argumento de Golondrina Ruiz, que había ganado el concurso antes de diciembre de 2001, quedó en reserva para cuando pudiera hacerse una Fiesta con mayores recursos. Solo se contrataron 306 artistas, menos de la mitad que en 2001.
La poca cantidad de intérpretes contratados para el Acto Central y el cambio de escenario generaron un singular reclamo: la Vendimia Paralela, dirigidos por Vilma Rúpolo y Walter Neira, murgueros, actores callejeros, bailarines y otros artistas actuaron en diversos puntos de la ciudad y luego realizaron una especie de Vía Blanca en el Parque.
El único carro de la Vía Blanca paralela que avanzó por calle Emilio Civit, llevaba a la primera Reina de los Cosechadores: Anselma Altamiranda de Peralta, una alvearense de 92 años que, presuntamente, fue buscada entre las más ancianas de la mujeres de la viña.
Lo más sorpresivo del Acto Central fue la elección de la Reina Nacional, título que cayó en Noelia Blanco de Tupungato. La bella morocha se ocupó durante su reinado de realizar tareas sociales, costumbre que seguirían las soberanas en los años siguientes.

 

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